María, mujer de fe, nos ayuda a andar por la senda del servicio como medida de la fe.
“AUMÉNTANOS LA FE”
El Evangelio de hoy presenta el tema de la fe, introducido con la petición de los discípulos: «Auméntanos la fe». Una hermosa oración, que deberíamos rezar con frecuencia durante el día: «Señor, auméntanos la fe». Jesús responde con dos imágenes: el grano de mostaza y el siervo disponible. «Si ustedes tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a ese árbol: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’. Y les obedecería». La morera es un árbol fuerte, bien arraigado en la tierra y resistente a los vientos. Jesús, por tanto, quiere hacer comprender que la fe, aunque sea
pequeña, puede tener la fuerza para arrancar incluso una morera; y luego trasplantarla al mar, lo cual es algo aún más improbable: pero nada es imposible para los que tienen fe, porque no se apoyan en sus propias fuerzas, sino en Dios, que lo puede todo.
La fe comparable al grano de mostaza es una fe que no es orgullosa ni segura de sí misma, ¡no pretende ser un gran creyente haciendo el ridículo en algunas ocasiones! Es una fe que en su humildad siente una gran necesidad de Dios y, en la pequeñez, se abandona con plena confianza a Él. Es la fe la que nos da la capacidad de mirar con esperanza los altibajos de la vida, la que nos ayuda a aceptar incluso las derrotas y los sufrimientos, sabiendo que el mal no tiene nunca, no tendrá nunca la última palabra.
¿Cómo podemos entender si realmente tenemos fe, es decir, si nuestra fe, aunque minúscula, es genuina, pura y directa? Jesús nos lo explica indicando cuál es la medida de la fe: el servicio, la alegría de estar al servicio de los demás, encontrando ya en esto nuestra propia recompensa y no en los premios y las ganancias que de ello se pueden derivar. “Somos siervos inútiles”, es decir: sin reclamar agradecimientos, sin pretensiones. “Somos siervos inútiles” es una expresión de humildad y disponibilidad que hace mucho bien a la Iglesia y recuerda la actitud adecuada para trabajar en ella: el servicio humilde, cuyo ejemplo nos dio Jesús, lavando los pies a los discípulos. (Francisco, Ángelus, 6/10/2019)
DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO
Hermanos, sean bienvenidos. Cada domingo, nuestra reunión de creyentes es una expresión de fe. La fe nos reúne, y aquí se expresa y se alimenta.
Pero nuestra fe debe continuamente crecer, robustecerse y penetrar toda nuestra vida. Por eso podríamos iniciar la misa de este domingo con la sencilla oración que – como escucharemos en el evangelio de hoy – los apóstoles dirigieron a Jesús: “Señor, auméntanos la fe”.
Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Pan del Alma 02 de Octubre.
Fuente: Parroquia María Auxiliadora de Lima
Fuente: Salesianos Perú