XVI Domingo del Tiempo Ordinario

María nos conceda la gracia de amar y servir a Dios y a nuestros hermanos con las manos de Marta y el corazón de María.

MANOS DE MARTA Y CORAZÓN DE MARIA

Lucas narra la visita de Jesús a la casa de Marta y María, las hermanas de Lázaro. María se sienta a sus pies para escucharlo; deja lo que estaba haciendo para no perderse ninguna de sus palabras. Todo debe dejarse de lado porque, cuando Él viene a visitarnos en nuestra vida, su presencia y su palabra vienen antes que todo. El Señor siempre nos sorprende: cuando empezamos a escucharlo realmente, las nubes se desvanecen, las dudas dan paso a la verdad, los miedos a la serenidad y las diferentes situaciones de la vida encuentran el lugar que les corresponde. El Señor siempre, cuando viene, arregla las cosas, incluso para nosotros.

En esta escena de María de Betania a los pies de Jesús, san Lucas muestra la actitud orante del creyente, que sabe cómo permanecer en la presencia del Maestro para escucharlo y estar en sintonía con Él. Se trata de hacer una parada durante el día, de recogerse en silencio, unos minutos, para dejar espacio al Señor que “pasa” y encontrar el valor de quedarse un poco “a solas” con Él, para volver luego, con serenidad y eficacia, a las
cosas cotidianas.

Luego está la otra hermana, Marta. Ella tenía el carisma de la hospitalidad. Efectivamente, mientras María escucha a Jesús, ella está totalmente ocupada con otros quehaceres. Por eso, Jesús le dice: «Marta, Marta, te afanas y preocupas por muchas cosas». Con estas palabras, ciertamente no pretende condenar la actitud del servicio, sino más bien la ansiedad con la que a veces se vive.

El Evangelio de hoy nos recuerda que la sabiduría del corazón reside precisamente en saber conjugar estos dos elementos: la contemplación y la acción. Marta y María nos muestran el camino. Si queremos disfrutar de la vida con alegría, debemos aunar estas dos actitudes: por un lado, el “estar a los pies” de Jesús, para escucharlo mientras nos revela el secreto de cada cosa; por otro, ser diligentes y estar listos para la hospitalidad, cuando Él pasa y llama a nuestra puerta, con el rostro de un amigo que necesita un momento de descanso y fraternidad. Hace falta esta hospitalidad. (Francisco, Ángelus, 21/07/2019)

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Un domingo más nos hemos reunidos para celebrar la pascua semanal. Jesús mismo partirá para nosotros el pan de su palabra y nos servirá la mesa del pan de la vida y el cáliz de salvación.
Que la celebración sacramental de su paso a la vida nueva nos llene de su alegría y de esperanza, y nos empuje a contagiarla con nuestra vida entera a los hombres y mujeres de nuestro mundo. 

Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Pan del Alma 17 de Julio.

Fuente: Parroquia María Auxiliadora de Lima

Fuente: Salesianos Perú

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