“El Pan del Alma” es un semanario dominical publicado ininterrumpidamente desde 1904 por los Salesianos de Breña. Actualmente es el semanario en circulación más antiguo del Perú.
Fue fundado por el sacerdote salesiano Carlos Pane (Piamonte, 1856 – Lima, 1923), siendo inicialmente editado por el Colegio Salesiano de Breña. Posteriormente la responsabilidad de su publicación recayó en la Parroquia de María Auxiliadora, entidad que la edita hasta la actualidad. Durante muchos años, fue el órgano promotor de la construcción y ornamentación de la Basílica de María Auxiliadora de Breña, inaugurada en 1921 como “Homenaje nacional por el centenario de la independencia del Perú”.
YO SOY EL BUEN PASTOR
La liturgia de este domingo nos ayuda a redescubrir nuestra identidad de discípulos del Señor resucitado. En el hombre sanado de la primera lectura de hoy está cada uno de nosotros, están nuestras comunidades: cada uno puede recuperarse de la debilidad espiritual que tiene: ambición, pereza, orgullo, si acepta depositar con confianza su existencia en las manos del Señor resucitado. ¿Pero quién es Cristo sanador? ¿En qué consiste ser sanado por Él? ¿De qué nos cura? ¿Y de qué maneras?
La respuesta la encontramos en el Evangelio de hoy, donde Jesús dice: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Juan 10, 11). Jesús sana dando su vida por nosotros. Jesús le dice a cada uno: «tu vida es tan valiosa para mí, que para salvarla yo doy todo de mí mismo». El buen Pastor es el que sana, el que nos permite vivir una vida bella y fructífera.
¿En qué condiciones Jesús puede sanarnos y puede hacer nuestra vida bella y fecunda? «Yo soy el buen pastor —dice
Jesús—, conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre» (vv. 14-15). Jesús no habla de un conocimiento intelectual, sino de una relación personal, de predilección, de ternura mutua. Esta es la actitud a través de la cual se realiza una relación viva y personal con Jesús: dejándonos conocer por Él. No cerrándonos en nosotros mismos, sino abriéndose al Señor, para que Él nos conozca. Él está atento a cada uno de nosotros, nos conduce con amor, porque de su mano podemos atravesar caminos inescrutables sin perder el rumbo. Nos acompaña Él.
Por otra parte, nosotros estamos llamados a conocer a Jesús. Esto implica buscar un encuentro con Él, que despierte el deseo de seguirlo abandonando las actitudes autorreferenciales para emprender nuevos senderos, indicados por Cristo mismo y abiertos a vastos horizontes. Cuando en nuestras comunidades se enfría el deseo de vivir la relación con Jesús, de escuchar su voz y seguirlo fielmente, es inevitable que prevalezcan otras formas de pensar y vivir que no son coherentes con el Evangelio. (Francisco, Regina Coeli, 22/04/2018)
IV Domingo de Pascua
Nuestra vida está en Jesús. Él es el camino y la verdad para todos nosotros. Él ha muerto en la cruz y resucitado, y va delante de nosotros hacia el Reino de Dios.
Nosotros nos reunimos todos los domingos, convocados por él, y queremos que sea de verdad nuestro guía, el pastor de esa comunidad que formamos todos los cristianos. Y más en este año en que nuestras miradas están fijas en Cristo
Jesús, nuestra esperanza, pues estamos sacudidos por el flagelo de la pandemia.
Hoy celebramos la 58ª Jornada Mundial de oración por las vocaciones. Pidamos insistentemente este don al Dueño de la mies.
Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Pan del Alma 25 de abril.
Fuente: Salesianos Perú