La Pascua es el triunfo de la vida sobre la muerte. Es el evento que ha traído la novedad radical para todo ser humano. Es la fiesta del renacer y de
la regeneración.
LOS DONES PASCUALES
El evangelio narra que el día de Pascua Jesús se aparece a sus discípulos en el Cenáculo, llevando tres dones: la paz, la alegría y la misión apostólica. Sus primeras palabras son: «La paz con ustedes». El Señor Resucitado trae auténtica paz, porque a través de su sacrificio en la cruz ha cumplido la reconciliación entre Dios y la humanidad y ha vencido al pecado y a la muerte. Sus discípulos eran los primeros que necesitaban esta paz, porque después de la muerte del Maestro, habían caído en el desamparo y el miedo. Jesús se presenta vivo en medio de ellos y muestra en el cuerpo glorioso sus llagas, que constituyen la fuente de la paz, porque son el signo del amor inmenso de Jesús, que derrotó a las fuerzas hostiles contra el hombre: el pecado, el mal y la muerte.
Tocar las llagas de Jesús, que son los tantos problemas, las dificultades, las persecuciones, las enfermedades de tanta gente que sufre. ¿Tú no estás en paz?, ve a visitar a alguien que es símbolo de la llaga de Jesús, toca la llaga de Jesús. De esas llagas brota la misericordia. Por eso hoy es el domingo de la misericordia. Las heridas de Jesús son un tesoro: de ellas brota la misericordia.
El segundo don que Jesús resucitado lleva a los discípulos es la alegría. «Los discípulos se alegraron de ver al Señor», «no podían creer de la alegría». También a nosotros cuando nos pasa algo increíble demasiado bonito, nos sale de dentro decir: «¡No me lo puedo creer, esto no es verdad!» y así decían los discípulos, no podían creer de tanta alegría. Si estás triste, si no estás en paz, mira a Jesús crucificado a Jesús resucitado, mira sus llagas y toma esa alegría.
Y luego Jesús da a sus discípulos una nueva misión. Les dice: «como el Padre me envió, también yo los envío». La resurrección de Jesús es el inicio de un nuevo dinamismo de amor capaz de transformar el mundo con la presencia del Espíritu Santo. De las llagas de Jesús brotan la paz, la alegría y la fuerza para la misión. (Francisco, Regina Caeli, 28/04/2019)
Domingo II de Pascua
La Pascua continúa. Jesús, aquel que estaba muerto pero que ahora vive para siempre, nos reúne cada domingo para comunicarnos la alegría y la paz de su presencia entre nosotros.
Se nos invita a creer y alegrarnos porque Jesús Resucitado está entre nosotros comunicándonos su vida. Que esta celebración alegre y festiva sea expresión y vivencia de la vida que Cristo nos comunica.
Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Pan del Alma 25 de Abril.
Fuente: Salesianos Perú