María nos ayuda a seguir con fe y amor a Jesús, a quien adoramos en la Eucaristía.
LA LÓGICA DEL COMPARTIR
El Evangelio nos presenta el milagro de los panes que tiene lugar a orillas del lago de Galilea. Jesús invita a sus discípulos a hacer una verdadera conversión desde la lógica del “cada uno para sí mismo” a la del compartir, comenzando por lo poco que la Providencia pone a nuestra disposición. Toma en sus manos los cinco panes y los dos peces, se dirige al Padre Celestial y pronuncia la oración de bendición. Después, comienza a partir los panes, a dividir los peces, y a dárselos a los discípulos, que los distribuyen a la multitud. Y esa comida no termina, hasta que todos se saciaron.
Este milagro anticipa lo que será el memorial de su sacrificio, es decir, la Eucaristía, sacramento de su Cuerpo y Sangre entregados para la salvación del mundo. Allí también, como en el milagro de la multiplicación de los panes, Jesús tomó el pan en sus manos, elevó al Padre la oración de bendición, partió el pan y se lo dio a sus discípulos; y lo mismo hizo con el cáliz. Pero en aquel momento, en la víspera de su Pasión, quiso dejar en ese gesto el Testamento de la nueva y eterna Alianza, memorial perpetuo de su Pascua de muerte y resurrección.
La fiesta del Corpus Christi nos invita cada año a renovar nuestro asombro y la alegría ante este maravilloso don del Señor, que es la Eucaristía. Recibámoslo con gratitud, no de manera pasiva, rutinaria. No tenemos que habituarnos a la Eucaristía e ir a comulgar como por costumbre, ¡no! tenemos que renovar verdaderamente nuestro “amén” al Cuerpo de Cristo, cuando el sacerdote nos dice: el “Cuerpo de Cristo”, nosotros decimos: “amén”; pero que sea un amén que venga del corazón, convencido. Es Jesús el que nos ha salvado, es Jesús el que viene a darme la fuerza de
vivir. Es Jesús, Jesús vivo. Pero no tenemos que acostumbrarnos: cada vez como si fuera la Primera Comunión.
Una expresión de la fe eucarística del pueblo santo de Dios, son las procesiones con el Santísimo Sacramento, que en esta solemnidad se desarrollan en todos los lugares de la Iglesia Católica. (Francisco, ‘Angelus’, 23/06/2019)
EL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Cada domingo nos reunimos en torno a Jesucristo para escuchar su Palabra y alimentarnos de su Cuerpo y Sangre. Así se renueva nuestra vida, así se fortalece, semana tras semana, nuestra unión con él.
Pero hay un día especial, un día en el que nuestra Eucaristía muestra una luz especialmente viva. Hoy es el día del Corpus, el día en el que se nos invita a contemplar este gran don de amor que Jesús nos dejó el día antes de su muerte, aquel Jueves Santo allí en el cenáculo. Con alegría y agradecimiento, convocados por Jesucristo, empecemos nuestra celebración.
Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Pan del Alma 19 de Junio.
Fuente: Salesianos Perú