Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José». Carta Apostólica del Santo Padre Francisco con motivo del 150 aniversario.
¿Su lugar explícito en la Biblia habrá ayudado a convertirlo en un ejemplo de discreción y humildad? San José aparece en solo unos cuarenta versículos, es decir, el 0,45% del Nuevo Testamento. Sin embargo, es un personaje fundamental, que acompaña el cumplimiento de las Escrituras con su esposa, la Virgen María, y el hijo que Dios le ha confiado, Jesús. Su vida y actitud resuenan junto a las figuras del Antiguo Testamento, y hoy en día constituyen un modelo para muchos creyentes.
El pasado 8 de diciembre de 2020 marcó el 150 aniversario de la proclamación de S an José como Patrono de la Iglesia Universal. Con motivo de esta ocasión, el Papa Francisco dedicó al carpintero de Nazaret una Carta apostólica, Patris Corde (Con un corazón de padre), y proclamó los próximos doce meses como un “Año de San José”. Apoyado en la Palabra de Dios, el padre Philippe Lefebvre, dominico, profesor de Antiguo Testamento en la Facultad de Teología de Friburgo, Suiza, y autor del libro “San José, la elocuencia de un taciturno”, nos ayuda a profundizar en esta figura.
Bíblicamente hablando, diría que hay algo muy profundo. Cuando leemos, en particular, el principio del Evangelio según san Mateo, José es en cierto modo un nuevo Moisés. El ángel del Señor habla a José, lo envía a Egipto, lo trae de vuelta de Egipto… Esto hace el ángel con palabras que ya habían sido dirigidas a Moisés en el libro del Éxodo. Moisés es realmente el que hace salir al pueblo de Egipto, y se ocupa de este pueblo con muchos reveses. Creo que algo así acontece con José, en primer lugar, con la Sagrada Familia, cuidando de María, de Jesús, yendo y viniendo entre Egipto e Israel, teniendo esta obediencia a lo que Dios le pide a través de su ángel. José es el primero, el precursor, de toda una aventura que mueve a la Iglesia.
En el capítulo dos del Evangelio de Mateo, se cita un versículo del profeta Oseas, cuando José es llamado con su familia de Egipto a Israel: ‘De Egipto llamé a mi hijo’. En Oseas el hijo es Israel. Cuando leemos Mateo, se dice que el hijo es, por supuesto, Jesús. Y cuando se lee Mateo, entonces, ¿no es José esa figura de un hijo, que camina en el nombre del Padre, de Israel a Egipto, de Egipto a Israel, y cuida de su familia? ¿No es él mismo la figura de un hijo de Dios que camina sobre los pasos de Dios? Por lo tanto, este versículo puede aplicarse a José, a Jesús y a todo el pueblo, al igual que al antiguo Israel y a la Iglesia nueva. José es ya, por ende, el patrono de toda esta Iglesia que aparecerá poco a poco en la predicación de Jesús y después de su resurrección.
Fuente: Catholic.net
Puedes acceder al documento desde el siguiente enlace: Carta Apostólica Patris Corde.
Fuente: Salesianos Perú